enfermedades reumatológicas

ENFERMEDADES REUMATOLÓGICAS



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Amiloidosis


Amiloidosis es un término genérico, utilizado para hacer referencia a un grupo de enfermedades de etiología diversa y pronóstico y tratamiento variables, con una característica común: todas ellas están causadas por el depósito extracelular de un material, denominado material amiloide. Este material, de naturaleza proteica, insoluble y resistente a la proteolisis, fue bautizado por Virchow debido a su afinidad por colorantes yodados, similar a la del almidón.


Tabla de contenidos

1 El material amiloide
2 Clasificación y nomenclatura
3 Diagnóstico
4 Pronóstico
5 Tratamiento
6 Enlaces externos


El material amiloide
Representación 3D de una proteína
El material amiloide es de origen proteico,
insoluble y resistente a la proteolisis.
Puede teñirse con diversas técnicas, como la hematoxilina-eosina y la tioflavina T, pero la característica más típica del amiloide es su tinción con rojo congo, tras la cual adquiere birrefringencia verde manzana al ser expuesto a la luz polarizada. Estas características relacionadas con la tinción se deben a la estructura química adquirida por los precursores proteicos que forman el amiloide, independientemente de su naturaleza y es, por lo tanto, común a todos ellos.
El material amiloide está formado en un 95% por fibrillas de amiloide.Estas fibrillas de amiloide son
polímeros insolubles formados por subunidades proteicas de bajo peso molecular que provienen de precursores solubles que adquieren una estructura secundaria anormal en lámina β-antiparalela. El otro 5% del material amiloide corresponde a factores que, probablemente, contribuyen a la estabilización de las fibrillas, de los cuales los más importantes son el componente sérico P (una molécula de la familia de las pentraxinas, muy similar a la proteína C reactiva) y proteoglucanos y glicosaminglicanos, procedentes de la matriz extracelular del tejido de depósito.
Se trata, por lo tanto, de un trastorno que depende de un plegamiento determinado de la secuencia de
aminoácidos, no importando cuál sea esta. Cualquier proteína que adquiera ese plegamiento y esas características físico-químicas, indepedientemente de la secuencia de aminoácidos, es amiloide. De esta manera, no existe una única proteína del amiloide, sino que se conocen al menos 23 proteínas humanas y 8 animales capaces de ser precursoras del material amiloide.

Clasificación y nomenclatura

Clásicamente, se hacía una clasificación de las amiloidosis atendiendo a sus características clínicas y, por tanto, la nomenclatura seguía esta tendencia. Se hablaba de amiloidosis primarias, amiloidosis secundarias, amiloidosis familiares, etc. Esta clasificación pronto se reveló insuficiente e incómoda a la hora de manejar a los pacientes con esta enfermedad, por lo que en 1998, las normas para la clasificación y nomenclatura de la amiloidosis fueron revisadas por el Nomenclature Committee of the International Society of Amyloidosis. Desde entonces, los depósitos de material amiloide se clasifican utilizando la letra mayúscula A seguida por la letra de denominación de la proteína acumulada, sin ningún espacio entre ambas.
Caben varias formas de clasificación de la amiloidosis. Hoy en día se prefiere clasificarlas atendiendo a la proteína depositada, pero resulta importante no olvidar que, las amiloidosis pueden clasificarse también como sistémicas o limitadas, y que pueden ser herediatarias o adquiridas.

Diagnóstico
Tras la sospecha clínica y analítica (según los
órganos afectados), el diagnóstico sólo puede confirmarse mediante la realización de una biopsia y posterior tinción de la misma con rojo Congo, observando con microscopio de polarización la birrefringencia verde característica del amiloide. Las localizaciones con mayor rendimiento diagnóstico para la realización de la biopsia son la grasa del panículo abdominal y la mucosa rectal. Otros lugares útiles para la biopsia son las encías, la piel, los nervios, el riñón y el hígado.

Pronóstico
La enfermedad es progresiva y aunque en gran medida relacionada con la enfermedad subyacente el pronóstico es desalentador. Excepcionalmente puede conseguirse la remisión, y sólo en casos de infecciones o
tumores extirpables o curables, ya que lo habitual es la evolución desfavorable.
El promedio de
supervivencia oscila entre 1 y 4 años siendo las principales causas de muerte la insuficiencia renal, las infecciones y la afectación cardiológica por arritmias e insuficiencia cardíaca.

Tratamiento
El tratamiento de la amiloidosis es exclusivamente sintomático, por lo que el tratamiento debe de ir especialmente dirigido hacia la causa subyacente ya que esta es la única opción de poder modificar el curso de la amiloidosis.
Cuando no se conoce causa subyacente, como ocurre en la amiloidosis primaria, actualmente el tratamiento se basa en la administración de ciclos de tratamiento con
prednisona y melfalán o prednisona con melfalán y colchicina. Asimismo, el tratamiento incluye los propios de la afectación visceral producida como insuficiencia renal, cardíaca.



Anquilosis



Clasificación y recursos externos
Anquilosis (del
griego αγκυλος, soldadura o atadura) es un término médico para nombrar la disminución de movimiento o falta de movilidad de una articulación debido a fusión total o parcial de los componentes de la articulación. En odontología, la anquilosis es la fijación esporádica de un diente al hueso alveolar.


Causas

La anquilosis puede ser causado por problemas congénitos[3] , traumatismo o enfermedades como la osteomielitis y pueden ser de etiología ósea o fibrosa[4] . Puede también ser producida quirúrgicamente para inmovilizar ciertas articulaciones, tanto en humanos como animales[5] . Ciertas inflamaciones son capaces también de inmovilizar una articulación, como la espondilitis anquilopoyética y, más comúnmente, la artritis reumatoide. Ocasionalmente las infecciones de la articulación pueden ser anquilosantes, como la tuberculosis[6] .

Clasificación

La anquilosis puede, potencialmente, ocurrir en cualquier articulación con capacidad de movimiento. Puede ser:
Tipo óseo, cuando la anquilosis se origina en la fusión de los componentes osteocartilaginosos de la articulación;
Tipo fibrosis (
cicatrizante), cuando es causada por retracción de las partes blandas articulares o periarticulares.
Si la rigidéz proviene de la inflamación de las estructuras
musculares o de los tendones en el exterior inmediato de la articulación, se le conoce como anquilosis falsa



Artritis



La artritis es la inflamación de una articulación, caracterizada por dolor, limitación de movimientos, tumefacción y calor local. Existe otro término que se confunde con la artritis, que es la artrosis la que corresponde a un trastorno degenerativo de la artriculación. Existen numerosas enfermedades y síndromes que pueden producir artritis, entre ellos:
Artritis por microcristales: la padecen los afectos de gota.
Artritis neuropática: producida por lesiones del sistema nervioso.
Artritis reumatoide y sus variantes: de origen multifactorial.
Artritis infecciosa: de origen bacteriano, vírico, micótico o parasitario.
Enfermedades sistémicas: como las de origen
cutáneo (artritis psoriásica), digestivo (artritis asociada a enfermedad inflamatoria intestinal), neuropático (artritis neuropática)...
Artritis reactiva: en respuesta a múltiples factores.

Tabla de contenidos

1 Causas
2 Clasificaciones de la artrosis
2.1 Primaria (idiopática)
2.2 Secundaria
3 Síntomas
3.1 Artrosis de la columna vertebral

Causas
Las articulaciones tienen un nivel tan escaso de fricción que no se desgastan, salvo si se utilizan excesivamente o sufren lesiones. Es probable que la artrosis se inicie con una anormalidad de las células que sintetizan los componentes del cartílago, como colágeno (una proteína resistente y fibrosa del tejido conectivo) y proteoglicanos (sustancias que dan elasticidad al cartílago).
El cartílago puede crecer demasiado, pero finalmente se vuelve más delgado y se producen grietas en la superficie. Se forman cavidades diminutas que debilitan la médula del hueso, bajo el cartílago. Puede haber un crecimiento excesivo del hueso en los bordes de la articulación, produciendo tumefacciones (osteofitos) que pueden verse y sentirse al tacto. Estas tumefacciones pueden interferir el funcionamiento normal de la articulación y causar dolor.
Por último, la superficie lisa y regular del cartílago se vuelve áspera y agujereada, impidiendo que la articulación pueda moverse con facilidad. Se produce una alteración de la articulación por el deterioro de todos sus componentes, es decir, el hueso, la cápsula articular (tejidos que envuelven algunas articulaciones), la membrana sinovial (tejido que reviste la articulación), los tendones y el cartílago.

Clasificaciones de la artrosis
Primaria (idiopática)

Cuando la causa se desconoce

Secundaria
Cuando la causa es otra enfermedad, bien sea la de Paget, una infección, una deformidad, una herida o el uso excesivo de la articulación.
Resultan especialmente vulnerables los individuos que fuerzan sus articulaciones de forma reiterada, como los obreros de una fundición o de una mina de carbón y los conductores de autobuses. Sin embargo, los corredores profesionales de maratón no tienen un mayor riesgo de desarrollar este trastorno. Aunque no existe evidencia concluyente al respecto, es posible que la obesidad sea un factor importante en el desarrollo de la artrosis.

Síntomas
Al llegar a los 40 años de edad, muchas personas presentan signos de artrosis en las radiografías, especialmente en las articulaciones que sostienen el peso (como la cadera), pero relativamente pocos presentan síntomas.

Artrosis de la columna vertebral
Los círculos indican las articulaciones más frecuentemente afectadas por la artrosis a nivel de la columna vertebral (cervical y lumbar), las manos, los pies, las caderas y las rodillas
Por lo general, los síntomas se desarrollan gradualmente y afectan inicialmente a una o a varias articulaciones (las de los dedos, la base de los pulgares, el cuello, la zona lumbar, el dedo gordo del pie, la cadera y las rodillas). El dolor es el primer síntoma, que aumenta por lo general con la práctica de ejercicio. En algunos casos, la articulación puede estar rígida después de dormir o de cualquier otra forma de inactividad; sin embargo, la rigidez suele desaparecer a los 30 minutos de haber iniciado el movimiento de la articulación.
La articulación puede perder movilidad e incluso quedar completamente rígida en una posición incorrecta a medida que empeora la lesión provocada por la artrosis. El nuevo crecimiento del cartílago, del hueso y otros tejidos puede aumentar el tamaño de las articulaciones. El cartílago áspero hace que las articulaciones rechinen o crujan al moverse. Las protuberancias óseas se desarrollan con frecuencia en las articulaciones de las puntas de los dedos (nódulos de Heberden).
En algunos sitios (como la rodilla), los ligamentos que rodean y sostienen la articulación se estiran de modo que ésta se vuelve inestable. Tocar o mover la articulación puede resultar muy doloroso. En contraste, la cadera se vuelve rígida, pierde su radio de acción y provoca dolor al moverse. La artrosis afecta con frecuencia a la columna vertebral. El dolor de espalda es el síntoma más frecuente. Las articulaciones lesionadas de la columna suelen causar únicamente dolores leves y rigidez.
Sin embargo, si el crecimiento óseo comprime los nervios, la artrosis de cuello o de la zona lumbar puede causar entumecimiento, sensaciones extrañas, dolor y debilidad en un brazo o en una pierna. En raras ocasiones, la compresión de los vasos sanguíneos que llegan a la parte posterior del cerebro ocasiona problemas de visión, sensación de mareo (vértigo), náuseas y vómitos. A veces el crecimiento del hueso comprime el esófago, dificultando la deglución. La artrosis sigue un lento desarrollo en la mayoría de los casos tras la aparición de los síntomas. Muchas personas presentan alguna forma de discapacidad pero, en ocasiones, la degeneración articular se detiene.




Artritis psoriásica

Clasificación y recursos externos

La artritis psoriásica es la afección inflamatoria de las articulaciones asociada a la psoriasis. Para el diagnóstico de artritis psoriásica, es requisito necesario que sea seronegativa (es decir, que los pacientes no tengan factor reumatoide u otros autoanticuerpos) y que no haya datos sugestivos de artritis reumatoide.
Tabla de contenidos[
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1 Epidemiología
2 Patogenia
3 Clínica
4 Diagnóstico
5 Tratamiento

Epidemiología

La prevalencia de la psoriasis es de aproximadamente un 1 a 3%. De esta población, entre el 5 al 10% padecería artritis. Por lo tanto, la población afectada por artritis psoriásica oscila entre un 0,05% y un 0,3% (entre 22.558 y 135.350 españoles).

Patogenia
No se sabe la razón por la que existe una asociación entre la artritis y la psoriasis. Sin embargo, se conoce la importancia que juegan las
citocinas, en especial el factor de necrosis tumoral.

Clínica
Atendiendo a las manifestaciones de la enfermedad, se consideran los siguientes patrones
[2] :
Forma oligoarticular asimétrica: hasta el 50% de los casos. Afecta sobre todo a articulaciones intefalángicas proximales y distales (
dedos). Se considera un máximo de 5 articulaciones afectadas como criterio diagnóstico. Suele tener preferencia por las extremidades inferiores.
Forma similar a la
artritis reumatoide seronegativa (sin factor reumatoide)[3] : con un pronóstico más benigno y remisiones más duraderas. Es una poliartritis simétrica, con posible afectación de la columna vertebral.
Forma mutilante: muy grave e infrecuente.
Forma interfalángica distal: casi patognomónica (exclusiva) de la psoriasis, pero muy infrecuente. Casi siempre asocia psoriasis de las uñas.
Forma periférica, asociada o no a sacroileitis anquilosante.
Sacroileitis o espondilitis anquilosante: asociada o no a artropatía periférica.

Diagnóstico
El diagnóstico es eminentemente clínico, ya que la analítica es inespecífica y sólo se altera en casos más graves. El análisis del
líquido sinovial, si bien es de tipo inflamatorio, también es inespecífico.
La radiología es normal, al menos hasta que el proceso se encuentra muy avanzado, que es cuando presenta signos como los siguientes:
Puede haber algún signo característico, como el denominado «lápiz en copa» en las articulaciones interfalángicas distales (estrechamiento distal y ensanchamiento proximal).
Anquilosis ósea, sobre todo en los dedos de las manos.
La
osteoporosis yuxtaarticular es menos evidente que en la artritis reumatoide.
La afección de la columna vertebral es algo más frecuente que en otras patologías, pero se diferencia en que es asimétrica. Además, a veces aparecen
sindesmofitos, pero también se diferencian de otros tipos de artritis, ya que sólo suelen afectar a 2 ó 3 vértebras, comienza en la región cervical y no es progresivo.

Tratamiento
En cuanto al tratamiento de las lesiones cutáneas, es el mismo que el de cualquier
psoriasis.
Para los síntomas articulares se recomiendan:
Medidas generales, como fisioterapia y ejericicios posturales, cuyo objetivo es:
Favorecer la musculatura extensora de la espalda.
Mantener la funcionalidad de las grandes articulaciones, más importantes para la vida diaria.
Dormir en
colchón duro, con almohada fina o sin ella puede ser útil.
AINEs y COXIBs.
Los denominados fármacos modificadores de la enfermedad (FAMEs), como el
metotrexato y la salazoprina, están indicados en la espondilitis anquilosante, sobre todo si es periférica.
También se puede probar con
retinoides y ciclosporina A, y con terapia biológica anti-TNF (abciximab).



Artrosis

La artrosis es la enfermedad
reumática más frecuente, especialmente entre personas de edad avanzada. Se sabe que en España la padece hasta un 16 por ciento de la población mayor de 20 años y, de ellos, las tres cuartas partes son mujeres. Es una enfermedad producida por el desgaste del cartílago, un tejido que hace de amortiguador protegiendo los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación. En la artrosis, la superficie del cartílago se rompe y desgasta causando que los huesos se muevan uno contra el otro, causando fricción, dolor, hinchazón, y pérdida de movimiento en la articulación. Con el tiempo, la articulación llega a perder su forma normal, pudiendo llegar a crecer espolones en la articulación. Además, trozos de hueso y cartílago pueden romperse y flotar dentro del espacio de la articulación causando más dolor y daño.
La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. No obstante, las más frecuentes son la artrosis de
espalda que suele afectar al cuello y la zona baja de la espalda (lumbar); la artrosis de cadera y rodilla, y la artrosis de manos y pies que suele iniciarse a partir de los 50 años.

Síntomas
Usualmente la artrosis comienza lentamente. Tal vez comience con dolor en las articulaciones después de hacer ejercicio o algún esfuerzo físico. La artrosis puede afectar cualquier articulación, pero ocurre más frecuentemente en la espina dorsal, manos, caderas, o rodillas.
La artrosis en los dedos parece que ocurre en ciertas familias, por lo que se piensa que podría ser hereditaria. Se ha observado que afecta más a mujeres que a hombres, especialmente después de la
menopausia. Pueden aparecer pequeños nódulos de huesos en las articulaciones de los dedos. Los dedos se pueden hinchar, poner rígidos y torcerse. Los dedos pulgares de las manos también pueden ser afectados.
Las rodillas son las articulaciones sobre las que se carga la mayor parte del peso del cuerpo, por lo que son una de las más afectadas por la artrosis. Se pueden poner rígidas, hinchadas, y doloridas, causando que sea difícil caminar, subir escaleras, sentarse y levantarse de sillas, y usar bañeras. Si no se recibe tratamiento, la artrosis en las rodillas puede llevar a incapacidad. A la artrosis de las rodillas se le llama gonartrosis.
En las caderas puede causar dolor, rigidez, e incapacidad grave. Las personas con esta condición pueden sentir dolor en las caderas, ingle, parte interior de los muslos, o rodillas. La artrosis en la cadera puede limitar mucho los movimientos y el acto de poderse agachar. El resultado es que actividades de la vida diaria como vestirse y el cuidado de los pies pueden ser un todo un reto. A la artrosis de las caderas se le llama coxartrosis
Rigidez y dolor en el cuello o en la parte de abajo de la espalda pueden ser el resultado de artrosis de la espina dorsal. También puede resultar en debilidad o adormecimiento de los brazos o piernas y deterioro funcional. Según la localización de la artrosis de la columna vertebral se llama lumboartrosis (vértebras lumbares), cervicoartrosis (vértebras cervicales).

Tratamiento sintomático
Tradicionalmente el tratamiento
farmacológico que se ha empleado para hacer frente a la artrosis ha sido únicamente sintomático. Debido a que la posibilidad de curar la enfermedad o de detenerla era completamente nula, el objetivo de los tratamientos se ha centrado en erradicar en lo posible el dolor y otras molestias asociadas a esta patología mediante la administración de analgésicos y antinflamatorios.
En general los reumatólogos recetan analgésicos como el paracetamol para el tratamiento de la artrosis en dosis diarias de 1 gramo. Si bien los antiinflamatorios pueden ser también indicados, se debe tener en cuenta su afección gastrointestinal con lo que en determinados pacientes se declinará esta operación.




Síndrome de Behcet

El síndrome de Behcet (también Behçet) es una enfermedad reumática crónica que causa una inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis) de causa desconocida, que puede afectar a casi cualquier parte del organismo (distribución generalizada o sistémica) y está catalogada como una
enfermedad rara.
Se trata de una
enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca a los capilares produciendo las inflamaciones. El origen es desconocido aunque se cree que aparece en personas genéticamente predispuestas que se ven expuestas a algún agente externo, probablemente una infección. La enfermedad no es contagiosa.

Características
En
1937, el médico turco Dr. Hulusi Behçet describió el síndrome caracterizado por tres síntomas: estomatitis aftosa, úlceras genitales y uveitis, inflamación de los capilares que riegan el ojo y que se encuentran en la úvea.
Las
aftas orales se dan en prácticamente la totalidad de los casos y son dolorosas, tienen un tamaño y aspecto variable y se curan solas en un periodo de una a tres semanas, sin dejar cicatrices.
Las aftas
genitales se observan en más de la mitad de los casos tratados, se localizan en el glande y escroto en el varón y en la vulva, vagina y cervix en la mujer, siendo dolorosas y tardando en cicatrizar en el varón, y mucho menos molestas en las mujeres.
La uveitis bilateral está presente en el 60-70% de los pacientes. A veces, se asocian coroiditis, hemorragias del cuerpo vítreo, neuritis óptica, alteraciones vasculares retinianas y otras que pueden conducir a la
ceguera si no se trata la enfermedad.
También pueden aparecer afectaciones articulares (artralgías o
artritis), del sistema circulatorio (trombosis venosa profunda) y del sistema nervioso central.

Evolución
La evolución de la enfermedad de Behçet suele ser intermitente, con períodos de remisión (falta de actividad de la enfermedad) y de exacerbación (períodos de actividad) a lo largo de los años, con una tendencia progresiva hacia la remisión. Los síntomas pueden durar desde días a semanas, o pueden persistir durante meses o años. Suelen provocar discapacidad que disminuye la calidad de vida.
Aunque es una enfermedad de distribución mundial, se observa con mayor frecuencia en la zona del
Mediterráneo oriental y Japón. La edad de inicio es más frecuente en la 3ª y 4ª década de la vida, aunque se dan casos en recién nacidos que remiten espontáneamente a los seis meses de edad.

Tratamiento
Los medicamentos están dirigidos a reducir la inflamación o bien a intentar regular el
sistema inmunológico. Algunos de los medicamentos usados son:
Corticoides locales, que pueden aplicarse directamente en las lesiones de la piel, boca u ojos para reducir la inflamación y el dolor.
Antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos, como la aspirina, ibuprofeno y el paracetamol para aliviar la inflamación articular y el dolor.
Colchicina, que se usa en el tratamiento de las aftas.
Corticoides orales, como la prednisona, para reducir la inflamación.
Otros fármacos utilizados en algunos casos son la pentoxifilina y la dapsona.
Inmunosupresores, que son tratamientos que intentan frenar la actividad inmunológica. Se reservan para las manifestaciones graves de la enfermedad y requieren una estricta vigilancia del tratamiento. Se han utilizado la azatioprina, la ciclosporina, el tracolimus, la ciclofosfamida, el metotrexato y el interferón alfa.




Bursitis

La Bursitis es la inflamación de la bursa, estructura en forma de bolsa, que se sitúa entre huesos, tendones y músculos, con una función facilitadora del movimiento de dichas estructuras entre sí.
Tabla de contenidos
1 Causas de Bursitis
1.1 Causas traumáticas
1.1.1 Sobrecarga funcional
1.1.2 Traumatismo
1.2 Causas médicas
1.2.1 Gota
1.2.2 Artritis Reumatoidea
2 Bursitis por localización
3 Tratamiento de la Bursitis
3.1 Evitar uso de articulación relacionada
3.2 Medidas físicas
3.3 Antiinflamatorios
3.4 Terapia física
3.5 Punción


Causas de Bursitis
Las causas más frecuentes de bursitis son las de origen
traumático, sin embargo, también existen causas reumatológicas y metabólicas que pueden asociarse a una bursitis.

Causas traumáticas

Sobrecarga funcional

El uso excesivo de una articulación, ya sea por esfuerzo, repetición o posición disfuncional, o una combinación de estos factores, puede significar una carga biomecánica que supera la capacidad de absorción de energía de la bursa, ocasionando daño estructural, seguido de inflamación y acumulación de líquido en la bursa. Suele ser una causa relativamente común en trabajadores industriales y deportistas, por lo que es parte de la injerencia de la higiene industrial y la medicina del deporte.

Traumatismo
El traumatismo directo de una bursa, por ejemplo, la
olecraneana o la infrarrotuliana, en la caída sobre un codo o una rodilla respectivamente, puede ocasionar un daño directo a la estructura de la bursa, produciendo una inflamación aguda, generalmente caracterizada por un importante aumento de volumen local.

Causas médicas

Gota
La
gota puede asociarse a la producción de bursitis, en especial,en las extremidades inferiores.

Artritis Reumatoidea
La
Artritis reumatoide se asocia ocasionalmente a bursitis de grandes articulaciones.

Bursitis por localización
Hombro
Codo
Rodilla
Cadera

Tratamiento de la Bursitis

Evitar uso de articulación relacionada
El uso de la articulación seguirá produciendo carga sobre la bursa lesionada, así es que la indicación de no usar el segmento corporal afectado, o en algunos casos inmovilizarlo con férula o yeso, será parte fundamental del tratamiento.

Medidas físicas
La aplicación de frío dentro de las primeras horas y de calor posteriormente ayuda a minimizar el grado de inflamación y a la aceleración del proceso curativo respectivamente.

Antiinflamatorios
Debido a la naturaleza inflamatoria de la bursitis, el uso de
antiinflamatorios, no mediando una contraindicación, es generalmente la medida medicamentosa más frecuente y efectivamente utilizadas.

Terapia física
La
fisioterapia se utiliza frecuentemente como coadyuvante de las otras medidas, con el fin de apoyar la reducción de la inflamación y prevenir complicaciones secundarias a la inmovilidad relativa de la articulación afectada.

Punción
En los casos en que la acumulación de liquido intrabursal es muy excesivo, y, ya sea por que la propia magnitud de la acumulación contribuye al dolor, o porque la ubicación dela bursa inflamada la expone a traumatismos frecuentes, o por razones
estéticas, es necesario pinchar la bursa con jeringa y aguja con el fin de vaciar su contenido. También la punción se realiza por motivos diagnósticos.